viernes, 8 de marzo de 2013

Mujeres negras, mujeres invisibles




8 de Marzo
Mujeres negras, mujeres invisibles
* Discriminación y violencia marcan la vida de las mujeres de la Costa Chica de Oaxaca
* Revela encuesta que además de sus parejas la violencia persiste en hospitales y en agencias del Ministerio Público

Eva GASGA NOYOLA/Heladio REYES CRUZ
Las estadísticas se dice no mienten. Los resultados de un estudio realizado entre mujeres negras de 13 comunidad de la Costa Chica en Oaxaca revelan que la violencia está presente a lo largo de su vida, además revelan discriminación institucional por su color de piel.
A dos sexenios de la implementación de las políticas públicas federales de género y otros tantos de la creación de instancias estatales similares, las negras de la costa chica de Oaxaca (72 por ciento) no saben nada sobre “equidad de género” y, por otra parte, 35 por ciento más afirman que nada saben en relación con sus derechos lo que habla sobre la enorme necesidad de difusión y capacitación. Sin embargo, lo más grave podría ser que un 72 por ciento notan un “trato diferente” en comparación con las mujeres no negras hacia ellas por parte del personal de las instituciones de gobierno.
El estudio realizado por la organización Ecosta Yutu Cuii muestra cómo la violencia, la discriminación, la casi nula participacion en el ámbito público y la falta de igualdad hacia las mujeres las coloca en una situación de vulnerabilidad, incrementando el riesgo de violencia extrema hacia ellas. Lo que muestra el grado de abandono institucional que estas mujeres han vivido durante mucho tiempo.
Este estudio genera elementos para que investigadores e instituciones traten de invertir recursos en profundizar en el estudio, capacitación, aspectos legales y motivación de las mujeres en la costa de Oaxaca.
La perspectiva analítica de la interseccionalidad nos permite la interrelación de diversas dimensiones de dominación en la experiencia cotidiana de las mujeres. Además, esta perspectiva analítica nos puede ofrecer un marco para entender al género tanto como dimensión social, como diferenciación entre individuos, ya que a partir de la experiencia y la subjetividad podemos relacionar como se vive el ser mujer afrodecendiente  a partir de la subjetividad que esta enmarcada por espacio de interacción regido por ordenadores sociales que derivan de imposiciones, reglas normas y formas de vivir y ser mujer.
El sondeo que realizó Ecosta Yutu Cuii, fue dirigido a mujeres que presentaban características  físicas de piel obscura y cabello rizado. Sus edades oscilan entre los 13 años hasta más de 60 o tercera edad. El cuestionario consistía en 16 preguntas orientadas a conocer cual es la situación de convivencia cotidiana con las diferentes formas de violencia que se dan al seno de la familia y de la comunidad. Otras preguntas fueron ¿Me aceptó como mujer negra? ¿Tengo relaciones sexuales cuando yo quiero o me obligan? ¿Me siento protegida por ser mujer negra en mi comunidad? ¿Yo tomo mis propias decisiones o me las imponen? ¿quién o quiénes?, entre otras preguntas.
Los resultados hablan por sí mismos de la situación que viven las mujeres en las 13 comunidades oaxaqueñas:
Considerando que la encuesta sólo se aplicó a a mujeres que físicamente tenían la piel oscura y el cabello rizado, 98 por ciento se asume como negra y un dos por ciento no se aceptó como tal.
La violencia sexual está presente o ha estado presente en un 66 por ciento de las mujeres que respondieron el cuestionario. Respondieron que tienen relaciones sexuales de manera forzada y un 12 por ciento aseguró que su marido o pareja llega borracho y las obliga a tener relaciones sexuales.
El 34 por ciento únicamente manifestó que son ellas las que deciden si tienen o no relaciones sexuales.
Casi la mitad (49 por ciento) de ellas reconoció vivir violencia al interior de sus hogares, los principales violentadores son sus parejas, los hijos, los hermanos y los cuñados.
El 35% de las mujeres negras no saben donde acudir cuando son maltratadas. y golpeadas.
También se nota la violencia más en unas comunidades que en otras, ejemplos son los casos de Santo Domingo Armenta donde casi el 100 por ciento de las consultadas manifestaron ser violentadas de alguna manera, lo mismo sucede en la comunidad de Cerro Hermoso.
La discriminación también fue detectada por parte de las encuestadas, quienes aseguran en un 72 por ciento de los casos “haber notado un trato diferente hacia ellas en comparación con el que reciben las indígenas o mestizas”, lo más grave es que esta diferencia proviene proviene del personal de las instituciones de gobierno. Ello implicaría que los gobiernos estatal y el federal deben sensibilizar a los servidores públicos.
El 43 por ciento señala que la discriminación hacia ellas la han vivido en hospitales públicos y ministerios públicos. Además de otros integrantes de la comunidad en la que viven.
Encontramos  que las mujeres negras en donde son minoría manifestaron que no se sienten protegidas por su comunidad, a diferencia de las comunidades donde hay una población mayoritariamente negra en donde el 90 por ciento manifestó sentir seguridad en su comunidad.
Los derechos humanos son un tema que desconcen 35 por ciento las mujeres de la gran mayoría de estas comunidades y tampoco han sido sensibilizadas sobre ese tema. Otro 72 por ciento desconocen qué es la equidad de género y lo que implicaría en sus vidas y un 58 por ciento tampoco tienen idea de los derechos sexuales y reproductivos.
La falta de información y sensibilización sobre este tema ocasiona que sean vulnerables a sufrir violencia sexual o física, a embarazos no deseados o a contraer enfermedades de transmisión sexual, incluyendo el VIH-SIDA.
En tanto un 43 por ciento de las encuestadas trabaja con su pareja en las labores del campo y otras tareas para obtener ingresos, es mínimo el número de mujeres que recibe “ayuda” de otros integrantes de la familia en las tareas de limpieza de la casa, en la elaboración de la comida y los cuidados de las hijas e hijos.
Por si fuera poco, la encuesta reveló que más de la mitad de mujeres negras no toman decisiones en sus familias y son sus maridos los que deciden por ellas.
Pero si en la casa no reciben ningún tipo de ayuda ni reciben ninguna ayuda económica por su trabajo, tampoco son tomadas en cuenta en la toma de decisiones de la comunidad, según opinión de un 61 por ciento de ellas y menos aún se les toma en cuenta para cargos públicos y de representación.
En suma, las negras de la Costa Chica de Oaxaca desconocen la importancia de su trabajo y cómo ellas también contribuyen en su comunidad y en su región. Desconocen además que existen leyes para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres y que la violencia contra las mujeres es un delito.
La discriminación que viven las mujeres negras de la costa provoca además que se autolimiten sus opotunidades de ejercer sus derechos y libertades intrínsecosen su calidad humana.